Lo primero es lo primero: Proteger al personal de emergencias de la exposición al fentanilo – Tres consejos para que el personal de emergencias esté más seguro

La actual epidemia de opioides en Estados Unidos es alarmante y peligrosa, y quizá nadie lo entienda mejor que los primeros intervinientes y los agentes de la ley que están en primera línea de la crisis.

Día tras día, responden a las llamadas de emergencia y llegan a escenas en las que no sólo tienen que prestar una atención que puede salvar vidas, sino también evaluar la escena para detectar la presencia de sustancias tóxicas como el fentanilo, que puede causar una serie de síntomas al entrar en contacto con ellas.

El fentanilo es increíblemente potente, entre 50 y 100 veces más fuerte que la morfina. Y aunque el fentanilo farmacéutico está aprobado para el tratamiento del dolor intenso, la mayoría de los casos recientes de sobredosis y muertes relacionadas con el fentanilo se atribuyen a versiones sintéticas de la droga fabricadas ilegalmente. Las muertes por sobredosis relacionadas con opioides sintéticos distintos de la metadona, incluido el fentanilo, aumentaron casi un 47% desde 2016-17, hasta más de 28.000. El número de confiscaciones de fentanilo también va en aumento, ya que la cantidad de fentanilo en polvo que la Agencia Antidroga analizó aumentó casi un 800% de 2014 a 2017.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y el Instituto Nacional para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (NIOSH) han elaborado una serie de directrices destinadas a prevenir la exposición laboral y proteger al personal de primera intervención que pueda entrar en contacto con el fentanilo u otros opiáceos sintéticos. El NIOSH identifica a los empleados de atención prehospitalaria y a las fuerzas del orden como dos de las categorías laborales clave. Algunas de las mejores prácticas que recomiendan son

  1. Siga los procedimientos operativos estándar de seguridad: Los primeros intervinientes deben evaluar el lugar de los hechos a su llegada para detectar riesgos y determinar si hay drogas ilícitas como el fentanilo. Si se identifica algún fentanilo:
    • Absténgase de comer, fumar o ir al baño en la zona.
    • Mantenga las manos alejadas de la cara, evitando los ojos, la boca y la nariz si ha entrado en contacto con una superficie en la que se sospecha que hay fentanilo.
    • Si no es posible evitar una prueba de campo, elabore un plan específico para el incidente y asegúrese de que el personal capacitado para llevar a cabo las pruebas de campo realice la prueba llevando el equipo de protección personal (EPP) adecuado.
    • Lávese las manos con agua o jabón al salir de un lugar donde haya habido fentanilo para evitar la exposición y la contaminación cruzada. No utilice desinfectantes de manos ni soluciones de lejía para limpiar la piel contaminada.
  2. Garantizar una formación excepcional: Todo primer interviniente que pueda entrar en contacto con el fentanilo o sus análogos como consecuencia de su trabajo debe recibir una formación exhaustiva sobre cómo realizar una evaluación de riesgos in situ. Se les debe exigir que demuestren que lo entienden:
    • Cómo reconocer el tipo y la cantidad de fentanilo u otras drogas en el lugar de los hechos
    • El uso adecuado de los EPI, incluyendo cuándo utilizarlos, qué EPI son adecuados y cómo ponérselos y quitárselos correctamente. La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) proporciona normas sobre cómo debe llevarse el EPI. También deben conocer las limitaciones del EPI que utilizan. Por ejemplo, algunos EPI, como los guantes, pueden soportar la exposición al fentanilo durante un tiempo variable en función de la calidad del producto.
    • Los signos y síntomas de alguien expuesto a los opioides
  3. Conozca su EPI: Hay dos factores que influyen en la elección del EPI: la categoría del trabajo y el nivel de exposición previsto.

Fuente: https://www.cdc.gov/niosh/topics/fentanyl/risk.html

Es importante tener en cuenta que es posible que el nivel cambie en tiempo real, lo que podría afectar al tipo de EPI necesario, por lo que es fundamental saber cómo ajustarse y tener a mano el EPI adecuado.

Aunque el riesgo sea mínimo, se recomienda que los socorristas utilicen guantes de nitrilo. Dado que el polvo es la forma más común en la que se encuentra el fentanilo, los guantes deben ser sin polvo y, en algunos casos, los fabricantes han creado guantes negros que facilitan la visualización del polvo blanco. Si se requiere un respirador, las personas que lo usen deben tener autorización médica, haber recibido formación y haber sido sometidas a una prueba de ajuste. La OSHA proporciona orientación sobre los procedimientos de pruebas de ajuste.

Cuidar de los que miran hacia fuera

Los socorristas ponen su vida en peligro como parte de su trabajo diario. El aumento de las confiscaciones de fentanilo está añadiendo otro escenario peligroso a sus currículos. Asegurarse de que reciben la formación adecuada y de que cuentan con el equipo apropiado es fundamental para proteger a quienes prestan con valentía un servicio inestimable a nuestra sociedad.

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