Minimizar el riesgo de contaminación cruzada – 4 consejos para reducir el riesgo de contaminación cruzada

Los hospitales tienen la difícil tarea de aceptar y tratar a los pacientes enfermos y, al mismo tiempo, tratar de mantener un entorno que evite la propagación de infecciones a otros pacientes, al personal y a los visitantes. La tarea no es fácil y los riesgos son graves. Si el personal del hospital no sigue los protocolos de prevención de infecciones, aumentan las posibilidades de que los pacientes contraigan una infección asociada a la atención sanitaria (IAAS). Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en un día cualquiera, aproximadamente uno de cada 31 pacientes de hospital tiene al menos una HAI. Esto supone unos 2 millones de pacientes al año, de los cuales 90.000 mueren.

La contaminación cruzada se piensa más a menudo en torno a las infecciones/IGA, pero puede significar otros riesgos para los pacientes, incluida la exposición a medicamentos que pueden ser perjudiciales.

Hay algunas áreas obvias de riesgo de contaminación cruzada, como las superficies que se tocan con frecuencia, como las barandillas de las camas, las mesas sobre las camas, las cómodas, los pomos de las puertas y los grifos. Además, los equipos que circulan por las unidades hospitalarias, como los carros de paradas, los diversos dispositivos de diagnóstico por imagen, como los electrocardiogramas y los ultrasonidos portátiles, y las bandejas de comida, pueden suponer un riesgo de contaminación si no se siguen los protocolos de desinfección de forma sistemática y precisa.

La contaminación cruzada también puede suponer la transferencia de medicamentos de un paciente a otro.

La contaminación cruzada puede producirse con equipos menos pensados, como los cortapíldoras, los divisores y las trituradoras, que, si no se limpian adecuadamente entre usos, pueden hacer que un paciente reciba restos de la medicación de un paciente anterior. Esto puede ser especialmente perjudicial en los casos de medicamentos que tienen la capacidad de causar reacciones alérgicas, como la penicilina. La norma MM.05.01.07 de la Comisión Conjunta, que se centra en la preparación de la medicación, incluye el uso de pastilleros. En 2017, las infracciones MM.05.01.07 fueron la cuarta infracción más común de la Comisión Mixta, con un 14,15%.

Trabajar para identificar las posibles áreas de riesgo de contaminación cruzada y establecer prácticas y protocolos para mitigar esos riesgos puede ayudar a aumentar la seguridad tanto de los pacientes como del personal. He aquí algunas de las mejores prácticas a seguir:

  1. Practicar una higiene de manos estelar: Cuando se trata de mantener la seguridad de los pacientes y reducir las infecciones de transmisión sexual, es fundamental practicar una higiene de manos adecuada. Hay muchas pruebas científicas que demuestran que los microbios que causan las infecciones de las vías respiratorias se propagan con mayor frecuencia a través de las manos del personal sanitario. Asegúrese de formar a los trabajadores sobre cuándo deben practicar la higiene de las manos, las técnicas para hacerlo correctamente, así como de mostrar declaraciones escritas que indiquen su valor.
  2. Siga los protocolos de limpieza y desinfección: Los CDC establecen directrices muy específicas para el control de las infecciones ambientales, que incluyen cómo desinfectar y limpiar correctamente las superficies: todo el personal debe conocer y confiar en su papel a la hora de cumplir estas directrices como organización. Además de los artículos críticos, como los endoscopios, asegúrese de prestar atención a otros artículos para el cuidado de los pacientes, como las bandejas de la cama, los manguitos de presión arterial, las muletas y los ordenadores. Estos pueden ser descontaminados en el entorno en el que se utilizan y no requieren un viaje a la central de procesamiento.
  3. Utilice el equipo de protección personal (EPP) adecuado: Además de practicar una correcta higiene de las manos, es importante que el personal sanitario utilice el EPI adecuado para la tarea que vaya a realizar. Estos pueden incluir una serie de combinaciones diferentes de guantes, máscaras, protección ocular y batas. En el caso de los guantes, para mitigar aún más el riesgo tanto para el personal como para los pacientes, asegúrese de seguir los protocolos establecidos e informar al personal de sus posibles limitaciones. Entre ellas se encuentran:
    • La contaminación puede producirse como resultado de pequeños e indetectables agujeros en los guantes
    • Puede haber contaminación al quitarse los guantes
    • El uso de guantes no sustituye la necesidad de una correcta higiene de manos
    • No quitarse los guantes después de atender a un paciente puede provocar la transferencia de microorganismos a los siguientes pacientes
  4. Considere los productos de un solo uso cuando sea posible: En algunos casos, hay productos de un solo uso que se desechan después de tratar a un paciente y que pueden ayudar a reducir el riesgo de contaminación cruzada. Algunos, como los guantes, son más evidentes que otros. Algunos ejemplos de artículos menos comunes que los centros sanitarios pueden considerar comprar en un solo uso son los cortadores, divisores y trituradores de píldoras, así como los manguitos de presión arterial. Según los CDC, «cuando las precauciones de contacto estén indicadas para la atención del paciente, utilice artículos desechables para el cuidado del paciente (por ejemplo, manguitos de presión arterial) siempre que sea posible para minimizar la contaminación cruzada con microorganismos resistentes a múltiples.»

Aunque a veces hay elementos que escapan a nuestro control en la atención a los pacientes, hacer todo lo posible por proteger la seguridad de las personas que se encuentran en los centros sanitarios está a nuestro alcance. Tener en cuenta los riesgos comunes -e incluso los menos comunes- de contaminación cruzada en su centro y establecer protocolos y la correspondiente formación para mitigarlos es un aspecto importante para garantizar la salud y el bienestar de su personal, sus pacientes y los seres queridos que vienen a visitarlos.

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